martes, 3 de julio de 2007

Rockanbolero de la Semana IV

A propósito del Floyd y el Rockanbolero de la Semana, acá les dejos la reseña que escribí justo llegando del concierto de Roger Waters en la Ciudad de México en marzo pasado:

Miércoles 7 de marzo, 3:16 a.m.

Recién llego del concierto de Roger Waters, entre clásica y contemporánea he tenido oportunidad de asistir a cualquier cantidad de presentaciones, considerando esto, puedo decir que este un concierto regular, muy a pesar de que influyen factores como lo esperado del evento, las añoranzas ahora añejas de poder ver a una banda tan 'legendaria' como Pink Floyd completamente en vivo, la fascinación por las letras, ya sean de Waters, Gilmour o Barrett; y sin embargo, al estar en una zona general, con toda la banda, te dabas cuenta de lo que pueden significar una serie de vibraciones ajustadas de manera precisa para toda una mole de humanos, lo mismo daba ver chavitos de 15 a 17 años, que parejas que superaban las cinco décadas vividas, si consideramos que la banda surgió en 1965, la idea de que personas mayores asistan a escucharlos no es nada descabellada.

Hay quienes vienen cargando con un mensaje, lo cual es genial, asumen un rol y lo llevan hasta donde se pueda, están concientes de lo que les toca o lo que han decidido adoptar como propio, sin embargo se corre el riesgo de generalizar y no lograr el objetivo; recuerdo a Bono aquel 15 de febrero, hace poco más de una año, "(...) for Dr. King's dream, a latin-american dream...", lo mismo sucedió esta noche, el mensaje político de Waters llegó demasiado tarde a una sociedad que, me pesa decirlo, se ha alejado cada vez más de las cosas que en serio deberían llamar nuestra atención, mientras hacia cola para entrar, no pude evitar escuchar una fina conversación sobre el chico de RBD; con los primeros acordes de 'Leaving Beirut' era más fácil encontrar a personas hablando de lo bien que se veían las ilustraciones en la pantalla, que a quienes realmente les importara el significado de la canción.

Por otra parte, y como mera apreciación musical, el concierto no fue malo, la acústica en el Foro Sol es mejor que en el Palacio o el Azteca, además las canciones de Floyd tienen ese algo que hace que suenen tan bien en el audio de estudio como interpretadas en tiempo real; los soportes visuales fueron sencillos pero ajustados de una manera ideal para el espectáculo, un cerdo gigante volador con una leyenda alegórica a Bush por un lado y una frase Kafkaiana del otro, me recordó a Peter Frampton en los Simpson, y finalmente la luna, con su misticismo, con su conejo que asemeja al lago Texcoco y que nos hace soñar con ser el ombligo del mundo, postrada con su infinita soledad justo en el cenit.

Dentro de mi ser mas pasional, la emotividad no faltó, 'Wish You Were Here' y 'Shine On You Crazy Diamond' para recordar al padre fundador, un hombre cuyos pensamientos se alejaron mucho antes que su cuerpo terrenal, 'The Fletcher Memorial Home', ideal para recordarnos aquella vieja fijación/trauma de Sir Roger con la muerte de su padre durante la segunda gran guerra, 'Comfortably Numb' suficiente para hacer llorar a 55 mil almas; la promesa cumplida de 'Dark Side of the Moon', aquella grabación setenterísima que aún sigue vigente, tal vez más por evento social que por verdadera degustación, pero qué más da?, al final del día eso es lo que mas te llena de ir a un concierto, aquel sentimiento satisfactorio y feliz que te hace darte cuenta de que no todos son simples ladrillos en la pared.


1 comentario:

Srta. Maquiavélica dijo...

wowow se nota q vives cada concierto eso es cool¡¡¡¡no soy fan de u2 aunque me quede con ganas de ir jeje
besitos maquiavelicos