lunes, 2 de julio de 2007

What have we found?

Después de lo enunciado en la, ya distante, entrada anterior, surgió una discusión con reconocida lectora de este espacio, acerca del significado de la música, particularmente sobre el impacto de ciertas piezas sobre las personas y el hecho de que cada quien las interpretara y adoptara como propias, aún cuando la idea original de quien las concibe tenga la intención de expresar sentimientos diametralmente opuestos.

A Little Story Behind...

En 1975, el ahora cuarteto británico Pink Floyd lanza un disco homenaje a su padre fundador, Syd Barrett, con letras basadas en poemas escritos por Roger Waters y finamente musicalizado por David Gilmour, el álbum Wish You Were Here se convierte en esa pieza que trata de recordar al hombre que por diversas cuestiones, abandonó su imagen terrenal y llevó su mente a otro plano lejos de la comprensión de los 'cuerdos'.

Trata de la ausencia, de la lejanía, de la falta de sentimientos y del vacío que deja el abandono; la incapacidad de las sensaciones, de sentir dolor, amor, odio. El inicio de la canción es una suerte de distanciamiento entre el intérprete y el escucha, la complejidad misma de la canción deja ese bloque obscuro en la mente cuando se trata de pensar en ello.


Y sin embargo...


Wish You Were Here representó el reencuentro de Waters y Gilmour, pero significa muchas otras cosas; significa ese deseo por encontrarse con la persona esperada, ese sentimiento de fraternidad hacia un amigo que por uno u otra razón no puede estar en ese lugar, en ese momento; significa esperanza, tristeza, amor, dolor; cualquier cosa que se mueva dentro de quien la escucha.


Al final, la música termina siendo propiedad de quien la toma, de quien la hace suya y la adopta, la cobija y la siente.


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